Clásicos Básicos: Dying Fetus 'Destroy the Opposition'
A principios de los años 2000 tuve la suerte de asistir a un gran número de conciertos de (brutal) death metal. Fue una muy buena época, en la que un periodo muy corto de tiempo pude ver a bandas como Hate Eternal, Decapitated (la formación original), Severe Torture, Sinister, Scarve, Krisiun, Vader, Deeds of Flesh, Monstrosity, etc... Me olvido de muchas, pero no voy a dejar de nombrar a tres que en aquel momento me tenían ciertamente obsesionado.
Ver a Cryptopsy en la gira del “And then you´ll beg” fue un privilegio único, debido a que el vocalista era Martin Lacroix, cantante con el que nunca llegaron a grabar ningún disco de estudio. Como buena banda de metal extremo canadiense, tenían una personalidad muy marcada, basada en los aspectos instrumentales más técnicos y veloces, fruto principalmente de su líder, el batería Flo Mounier, una leyenda viva de las baquetas. Aún a día de hoy escucho “None so Vile” regularmente, mi disco favorito del estilo. Otro liderazgo indiscutible en una banda que me voló la cabeza, es el de Karl Sanders en Nile. Cuando escuché “Amongst the catacombs of Nephren-Ka”, quedé sumamente impresionado con la mezcla de extremismo musical e influencias egipcias, incluidas las partes más orquestales. Sanders, con su profunda y ominosa voz y sus riffs, era la mente maestra detrás de esta amalgama que funcionaba a las mil maravillas. Pero si hablamos de liderazgo indiscutible, voz gutural y riffs con “trademark”, nadie como John Gallagher y sus Dying Fetus. He podido verlos en múltiples ocasiones, con distintas formaciones, pero siempre, de manera inconstestable, capitaneados por Gallagher.
Dying Fetus tienen varios discos que podríamos considerar imprescindibles y, la verdad, elegir uno me ha resultado muy difícil. En concreto, elegir entre “Killing on adrenaline” y “Destroy the opposition” aún me tortura, ya que me resultaba casi imposible. Pero me he decantado por el segundo por un motivo: “Praise the Lord (Opium for the masses)”. Si abres un disco de esta manera, estás ya incluido en el olimpo del metal extremo. Y creo que estaréis de acuerdo. No creo que nadie aficionado al death metal que esté leyendo estas líneas, no haya escuchado esa canción. El riff que inicia el tema es un clásico de su discografía y del estilo en general, no hay discusión. Y si hablamos de riffs iniciales ¿qué decir del de “Epidemic of hate”? Otra apertura clásica de canción, que demuestra una cosa, John Gallagher es un maestro a las seis cuerdas, haciendo mucho con poco. Si analizamos ciertos riffs de guitarra a lo largo de todo el disco, podemos observar que no son excesivamente complejos. Y ojo, porque cuando quieren son técnicos como ellos solos, pero ahí radica la grandeza de Dying Fetus, en su equilibrio entre el groove efectivo y sencillo, con momentos aplastantes y otros de técnica envidiable. Y “efectivo” y “sencillo” lo podemos tomar como sinónimo de maestría, como si Gallagher fuera la encarnación de Tony Iommi en versión death metal. Porque hay que saber, y mucho, para componer semajantes temazos, con riffs que se quedan grabados a fuego tras una sola escucha. Eso está al alcance de muy pocos.
“Destroy the opposition” -la canción- viene a ser otro ejemplo más de lo que digo cuando me refiero a equilibrio. Mezcla perfecta de blast beats, groove y técnica. Es iniciar el tema sin dejar prisioneros para luego lanzar a las cervicales todo el groove del mundo y abrazar de nuevo la velocidad, sin dejar de lado la técnica. Lo mismo ocurre con “Born in Sodom”, con un inicio más death metal clásico en cuanto a las guitarras, más coreable, y luego incluir un ritmo más punk/crust, que aunque queda algo “lento” viniendo de los blast beats anteriores, le da sin duda un aire fresco al tema. Ideal para sudar en el pit, vamos. “Pissing in the mainstream”, no sólo es uno de los mejores títulos de la historia de la música, sino que es un tema directo a la par que técnico, además de ser el más corto del disco, con un riff memorable antes de terminar la canción que hará que muevas la cabeza te guste o no el death metal.
“In times of war” abraza líricamente temas sociales y políticos, algo habitual en las letras de Dying Fetus y “For us or against us” es uno de los cortes más agresivos y técnicos de todo el álbum. Y cierra “Justifiable Homicide”, otra apisonadora, que mantiene el tono homogéneo del trabajo, aunque con una destacable labor en los parches (más si cabe) de Kevin Talley.
“Destroy the opposition” es un clásico indiscutible en su género. Una colección de riffs que te aplastan y te pasan por encima, ya sea a la velocidad de la luz o más a medio tiempo, como una manada de elefantes machacando tu cráneo. Tiene una producción impecable que ha resistido bastante bien el paso del tiempo, además de sonar bastante natural, teniendo en cuenta que eso es raro en el estilo; una batería que brilla por una ejecución milimétrica, sosteniendo ese despliegue de guitarras machaconas y una voz gutural muy reconocible (voces, en realidad, aunque me refiero a la de Gallagher). El tercer largo de Dying Fetus los colocaba como una de las bandas más punteras de la escena extrema y sus directos como una de las agrupaciones más disfrutables sobre un escenario. Porque os aseguro que se disfruta de lo lindo viéndoles. ¡Y también se suda de lo lindo! Porque es imposible no moverse en un concierto de los de Baltimore y muy pronto lo vamos a comprobar.
Dying Fetus nos visitarán en junio de 2022.
Martes 21 de junio 2022
Stage Live (Bilbao)
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Miércoles 22 de junio 2022
Sala Rock City (Valencia)
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Viernes 24 de junio 2022
Rock Imperium Festival (Cartagena)
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