Reseña: Obscura 'A Valediction'
Ni mi círculo más cercano de amigos que escuchan metal, ni yo, hemos sido nunca muy amantes de los grupos excesivamente técnicos o dados al “mira lo bien que toco”. Siempre hemos preferido la música que aporte más “alma” y no quede en una sucesión de riffs, ritmos y solos imposibles de tocar por el resto de los humanos, a pesar de que de alguna manera, siempre hemos sido fans de bandas muy cercanas al rock y al metal progresivo, al menos en su manera de componer, o que han estado muy influenciadas por la música progresiva o no han tenido reparos en escribir canciones de estructuras cambiantes y complejas. Ahora bien, con el paso del tiempo, y ávidos por ampliar nuestros conocimientos musicales, fuimos escuchando grupos de todo tipo, sin hacer ascos a ninguna banda, por muchos prejuicios iniciales que tuviéramos. Yo llegué tarde a grupos como Animals as Leaders, Revocation o Intronaut (que quizá son más progresivos que técnicos) o a los propios Obscura, pero es cierto que en los últimos 5 o 6 años los he estado escuchando bastante, llegando a pillarles el gusto y de qué manera, ya que en el caso de los alemanes, “Akróasis” ha estado en rotación en mis auriculares durante bastantes tiempo desde que salió y sigue estando. Y lo curioso de todo esto, es que a pesar de todo, he sido siempre muy fan de Death y Cynic, bandas que sin duda han tenido un impacto e influencia tremenda en todo el death metal más técnico.
Tras haberme metido de lleno en el estilo y concretamente en Obscura, me di cuenta de que en el seno de los de Munich ha habido idas y venidas y cambios en la formación, que además han dado lugar a otras bandas, como Alkaloid, que quizá sean los que más me gustan de todos, con el brutal Hannes Grossmann en la batería, quien a la vez tiene muchos otros proyectos del mismo estilo, aunque ahora está abandonando la técnica y la velocidad en favor de tocar con el mítico Tom G. Warrior en Triptykon; o la última salida en tropel de las filas comandadas por Steffen Kummerer (voz, guitarra y líder absoluto en Obscura), Obsidious, quienes están a punto de sacar su disco debut, el cual tengo muchas ganas de escuchar. El cambio de formación me dio algo de miedo y no sabía que esperar de “A Valediction”, disco que editó la todopoderosa Nuclear Blast el 19 de Noviembre del pasado año, pero aunque sí podemos encontrar ciertos aires distintos en la manera de afrontar los temas y especialmente en la base rítmica, la esencia de Obscura sigue estando intacta.
¿Qué podemos encontrar en este nuevo trabajo? Pues solos de guitarra por un tubo, elaboradísimos y por momentos de un nivel que no es de este planeta. Kummerer sigue demostrando que es prácticamente un dios en esto de tocar a velocidades imposibles con un digitación nítida y clara, y con un excelente sentido de la elegancia y el buen gusto. La vuelta de Christian Münzner a la otra guitarra hace que este apartado siga sin resentirse, como no podía ser de otra manera, ya que es un viejo conocido y sabe su tarea a la perfección. Toda esta maestría a las 6 cuerdas (¡más bien debería decir 7!) es más que notable durante todo el álbum y se puede comprobar en el torrente de solos súper técnicos de la inicial “Forsaken”, donde además encontramos al final del tema guitarras dobladas muy melodeath rollo sueco, en “Solaris” donde la melodía principal del estribillo se apoya en un detalle sobresaliente de la guitarra, o en “The Beyond” y “The Neuromancer”, cortes muy al estilo clásico de Obscura, siendo el segundo un poco más “tétrico” quizá (?).
De hecho, todo este trabajo me ha parecido un poquito más oscuro y directo que los anteriores. Es cierto que siempre han tenido temas sueltos en cada disco que eran más “in your face” o con más mala leche, pero en general, “A Valediction” creo que va más a lo agresivo. Quizá sea porque la voz de Steffen me parece un punto más agresiva que en el pasado, como puede escucharse en “Devoured Usurper”, un tema con voces más guturales que de costumbre y más a medio tiempo, más amenazante, y que rompe la dinámica técnica de casi todo el disco, con claras influencias del death metal más clásico al inicio y finalizando con sonidos cercanos a Celtic Frost o incluso ramalazos crust. Si hablamos de voces, no podemos pasar por alto la colaboración del carismático Björn “Speed” Strid de Soilwork en “When Stars Collide”, uno de mis favoritos, canción fluida con solos impresionantes, alguno con carácter neoclásico y de nuevo toques de death metal; o hablando de influencias, no puedo dejar de citar el guiño a Slayer en “ In Adversity”, eso sí, unos Slayer hipervitaminados, aunque la canción deriva en una especie de estribillo melódico/ambiental con tapping que me parece una maravilla; o, cómo no, la repercusión de Chuck Schuldiner y sus inmortales Death en la instrumental “Orbital Elements II”, otro tema que me ha parecido muy interesante.
En cuanto a la base rítmica, la vuelta de Jeroen Paul Thesseling no cambia en demasía el sonido del bajo, ya que seguimos con el característico tono de los “fretless bass”, diría que marca de la casa en Obscura; pero donde sí encontramos un cambio sustancial es a las baquetas, ya que la marcha de Sebastian Lanser y entrada de David Diepold, sí creo que ha sido determinante para que las composiciones sean un tanto más directas, como comentaba anteriormente. Adoro a ambos baterías, me he visto todos los “playthroughs” que tienen en youtube porque son un espectáculo, pero creo que, dentro de que los dos pueden tocar lo que quieran por el altísimo nivel que atesoran, tienen una personalidad distinta en su manera de aproximarse a los parches. Creo que Lanser era más variado y original en su concepción de los ritmos, mientras que Diepold es mucho más directo, centrándose más en la velocidad y la contundencia. Ambos pueden adaptarse al estilo de cada uno sin problemas, David lo demuestra en “Heritage” con el uso de los timbales muy en la línea de Sebastian, pero sobre todo, son bateristas con un sonido espectacular, una articulación en la ejecución de los ritmos extremadamente limpia y, por qué no decirlo, van sobradísimos. David Diepold tenía una herencia complicada, la de Grossmann y Lanser (¡casi nada!) y cumple sobradamente.
Para ir finalizando, comentar que la producción es espectacular. Y eso que yo prefiero la de “Akróasis”, ya que me parece algo más contundente y pesada, sin embargo “A Valediction” suena cristalino, oxigenado y, en definitiva, como un disco del estilo debe de sonar, ya que a pesar de la velocidad y la técnica se entiende perfectamente cada nota que suena. Para mi sorpresa, tanto la producción, como la mezcla y el mastering han corrido a cargo del veterano Fredrik Nordström, conocidísimo por su labor en tantísimos trabajos de nuestras bandas favoritas. Y digo para mi sorpresa, porque estaba acostumbrado a escuchar su sonido más “gordo” y me ha sorprendido que haya hecho un trabajo nítido, aunque por otra parte, era el que necesitaba un disco como éste.
La realidad es que los cambios de formación no han frenado ha Steffen Kummerer y nos visitarán en breve, acompañados de los andorranos Persofene y Disillusion en un bolo obligado para los amantes de los sonidos más tecnicos y progresivos, entre los que yo me encuentro. “A Valediction” me ha convencido, como era de prever: producción soberbia, maestría en la ejecución, solos dignos de semidioses y temas con un equilibrio perfecto entre melodías y mala leche. No se puede pedir más. Bueno, sí, ¡verlos en directo este Septiembre!
Obscura nos visitarán en septiembre de 2022.
Sábado 17 de septiembre 2022
Sala La Nau (Barcelona)
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Domingo 18 de septiembre 2022
Sala Copérnico (Madrid)
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