Reseña: Abbath 'Abbath'
Olve Eikemo o lo que es lo mismo, Abbath Doom Occulta o simplemente Abbath... ¡Qué tipo! Diría que hasta los no iniciados en el black metal o la música extrema reconocen a este noruego que ya va para 51 años. Y es que, su sentido del humor, patente en algunas de las hilarantes entrevistas que se pueden ver en Youtube, hacen de él un tipo carismático y entrañable. No ha estado exento de alguna polémica, debido a sus problemas con el alcohol, pero poca cosa comparado con algunos de sus compatriotas músicos de su misma generación, mucho más metidos en temas políticos y criminales, algo de lo que el señor Eikemo siempre se desmarcó. Aunque si algo le hace especialmente carismático, es haber llegado al punto en el que es respetado no solo por saber reírse de sí mismo y haber creado un personaje que roza los momentos ridículos a propósito, sino por ser uno de los músicos más brillantes que la escena del black metal noruego nos ha dado. Porque amigos y amigas, este tipo ha grabado él solito algunos de los discos de Inmortal tocando todos los instrumentos, algo que, teniendo en cuenta las velocidades que manejaban, no era tarea fácil para una única persona. Y, quizá, para algunos seguidores más true, es una vergüenza su actitud, pero le pese a quien le pese, Abbath es una parte vital de la historia del black metal y su discografía, tanto con Inmortal como en solitario, lo deja bien claro.
Lo cierto es que nunca fui un gran fan de Inmortal. Lo primero que cayó en mis manos fue “At the Heart of Winter”, recién salido del horno en 1999. Quien me dejó el cd, no era fan del black metal, como me pasaba a mí, pero me dijo que le diera una oportunidad. Su portada (que me encanta), llamó mi atención, pero musicalmente, no acabó de engancharme. No estaba preparado todavía para escuchar un disco así, que además se reveló como un trabajo “diferente”, que algunos fans rechazaron en aquel momento. Con el tiempo, y escuchando todos los clásicos de la banda, seguí sin conectar, pero poco a poco empezaba a respetar y a apreciar ciertos detalles que escuchaba en las guitarras particularmente, aparte por supuesto de la rapidez y violencia que emanaba la música en general, con baterías jodidamente burras y atmósferas extrañamente épicas. Tras las idas y venidas de Inmortal, los cambios en la formación, las rupturas... llegó I. “Between Two Worlds” sí me enganchó y la figura de Abbath como guitarrista y compositor me empezó a conquistar. La barrera de mis prejuicios se empezó a romper y podía reírme de sus ridículos vídeos y a la vez respetar la calidad musical que se mostraba ante mí. Pero no vamos a hablar de I o de Inmortal (¿quizá en el futuro...?), hemos venido a hablar del debut de Abbath.
Me pilló por sorpresa este disco editado por la siempre interesante Season of Mist a principios de 2016. Y más por sorpresa me cogió verme a mi mismo escuchándolo de manera incesante. No recuerdo si pasó muy desapercibido a nivel de críticas o tuvo buena acogida, pero yo se lo recomendaba a todos mis amigos sin parar. Si bien es un trabajo que lleva una firma clara y en cierto modo sigue la estela de otras obras de la banda a la que perteneció, este debut, titulado de manera homónima, me resultó muy fresco y dinámico, además de sonar como una buena hostia en la cara. Su inicial “To War!” suena, como no podía ser de otra manera, marcial, oscura y amenzante. Si hay algo que Inmortal tenían era una imaginería propia, alejada de algunos tópicos del black como el satanismo y ciertos temas religiosos, y tiraban más por la fantasía, como si de su propio juego de rol oscuro e invernal se tratase. Siempre reflejaron muy bien todo esto a nivel musical, y este primer corte lo consigue igualmente. Quizá a mi mente venga una marcha de orcos en un paraje gélido yendo a masacrar al pobre ejército que se ponga en su camino, por hacer una comparativa fantasiosa, pero lo que seguro tengo claro es que como “opener” es un acierto que te pone en contexto rápidamente. Una fría atmósfera, velocidad tras las partes más marciales y una oscuridad raramente épica impregna toda la canción.
Os aviso, la calidad no va a bajar en todo el trabajo. No en vano para mí ya es un clásico en la breve discografía del multiinstrumentista noruego (sin contar todo lo de Inmortal, lógicamente). Porque “Winter Bane” tiene unos riffs y unos ritmos brutales, tanto el inicial con el doble bombo demoledor, como el del “estribillo”, más melódico y pegadizo. Es un temazo, que de cara al final tras las guitarras acústicas, tiene un giro interesante, que deja entrever las influencias ochenteras de Abbath. Y vamos a por el tercero y el nivel no disminuye. La tralla sin contemplaciones de “Ashes of the Damned” es acojonante. Solo baja la velocidad de los blast beats para meter dobles bombos aplastantes y desplegar así épica absoluta en cada nota de guitarra. “Creature” o lo que es lo mismo, Kevin Foley, se debería haber puesto el sobrenombre de “Beast”, porque es una auténtica bestia tras los parches. Además, el que grabasen las baterías con Daniel Bergstrand -con su manera tan personal de producir dicho instrumento-, acrecenta más la violencia que transmite Foley en cada uno de los ritmos que ejecuta.
“Ocean of Wounds” se muestra más tribal y solemne, pero igualmente épico y aunque es menos veloz que los anteriores, sigue sonando frío y oscuro. Sin embargo, el tema menos rápido es “Root of the Mountain”, un medio tiempo con un despliegue de riffs magníficos que a mitad de canción se torna rockero, stoner diría yo. Y es que no hay que olvidar el que bajista para este álbum fue el controvertido King ov Hell, quien también fuera bajista de los doom rockeros Sagh, entre otras muchas y famosas bandas; aparte de ser protagonista de mucho salseo dentro del metal extremo, debido a su, parece ser, problemática personalidad.
“Count the Dead” sigue con ese despliegue de riffs extraordinarios. Si hay algo que para mi está por encima de la excéntrica personalidad de Abbath, de su legado con Inmortal, de su humor autoparódico... es su habilidad para sacarse de la manga un riff tras otro que suena memorable y épico hasta decir basta. Es un guitarrista (¡y bajista y batería y vocalista!) que creo que sigue estando infravalorado, si tenemos en cuenta lo que hace con las seis cuerdas en cada disco en el que participa. Pero volviendo a “Count the Dead”, quizá tenga un ritmo más sencillo inicialmente, aunque muy efectivo, para mutar a blast beats y unos riffs endiablados atípicamente melódicos.
También tiene momentos melódicos la muy intensa “Fenrir Hurts”. Un corte que va a la yugular nada más empezar, con guitarras nerviosas y frías, siempre impregnadas de la épica oscura que envuelve al álbum. Y el disco cierra con probablemente mi tema favorito, que para mi destaca un pelín más que el resto, cosa difícil porque estamos hablando de un trabajo bastante homogéneo en cuanto a calidad y composiciones. “Eternal” es probablemente la canción más bestia, rápida y despiadada de todo el debut en solitario de este genial músico noruego, que cierra de manera sobresaliente un álbum más que notable.
Abbath es un músico genial con una personalidad única, que destaca tanto en el escenario como fuera de él. Un tipo carismático, que ha sabido ganarse el respeto como compositor y líder de una de las bandas más importantes de la escena del black metal noruego y darle continuidad en su carrera en solitario. Además, ha sabido anteponerse a las dificultades, a los cambios de formación y a sus propios demonios, para no dejar de subirse al escenario y que nosotros, desde abajo, seamos capaces de separar su autoparodia de su maestría musical. Sin duda, Abbath Doom Occulta no deja indiferente a nadie, pero con el arsenal de riffs que atesora, yo estoy dispuesto a que me vuele la cabeza en sus próximos conciertos.
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Una real mierda , basura otra más desde Noruega ninguna novedad ,músicos mediocres como su música nostalgia al escuchar gloriosas bandas como destruction , kreator ,death , Celtic frost , bathory , Sodom y Slayer que más para morir en paz .
tremendo
Juankaoma estás bien? Que te mejores. Grande Abbath! Vaya conciertazo que dió. Deseando que vuelva.